En la voz de Pedro Antonio de Alarcón…
¡A Salamanca, pues, amigos mÃos!
¡A Salamanca, sin pérdida de tiempo!
¡A Salamanca, antes de que, por razón de ornato público, le sacudan el polvo de los siglos!
¡A Salamanca, antes de que la reformen, antes de que la mejoren, antes de que la profanen… (que todo viene a ser la misma cosa)!
¡A Salamanca mañana mismo!