Iglesias, palacios, casas, museos, espacios expositivos, catedrales… Lugares únicos, muchos de ellos imprescindibles en tu visita paseada a Salamanca… y por supuesto calles, plazas, sitios de encuentro y locales de ocio.
Plaza Mayor Salamanca
Con los planos de Alberto de Churriguera y el mandato del corregidor Rodrigo Caballero y Llanes comienzan las obras de la Plaza Mayor en 1729.
En una primera y rápida fase, se levantan dos de los lados del ágora salmantina, este y sur, en tan sólo seis años, de 1729 a 1735.
Posteriormente surgen problemas de propiedad, intereses enfrentados por la titularidad, dimensiones y situación de las nuevas edificaciones que resultarán del proyecto aprobado y el comienzo de la construcción de los lados oeste y norte se retrasa en el tiempo hasta 1750.
Cinco años después, en 1755 y bajo la dirección del arquitecto Andrés García de Quiñones se pueden dar por concluidas las obras de la Plaza Mayor.
Adornada por una extensa colección de medallones donde tienen cabida reyes, conquistadores, intelectuales… Destaca el de San Fernando, situado junto a la inscripción conmemorativa del apoyo institucional de Felipe V a la construcción del ágora (sólo apoyo político porque la financiación fue principalmente municipal).
88 arcos porticados, 12 entradas y 274 balcones dan forma a la más bella de las plazas españolas, barroca y churrigueresca de cuatro lados desiguales, llamados pabellones.
Pabellón Real (lado este de la Plaza Mayor, de una longitud de 80,6 metros), Pabellón de San Martín (al sur, con 75,60 metros de longitud), Pabellón de Petrineros (¿Pretineros?) (al oeste, con aproximadamente una longitud de 81,60 metros) y Pabellón del Ayuntamiento (al norte del ágora, 82,60 metros de longitud).
En total, 4.408,25 metros cuadrados que han sido jardín, plaza de toros, mercado, lugar de reunión… y sobre todo centro de vida de la ciudad, lo que muchos han llamado el salón de estar de Salamanca.